A siete años del siniestro que marcó un antes y un después en la memoria urbana.

Una madrugada trágica para la historia bahiense.

En la fría madrugada del 28 de julio de 2018 a las 4 AM, un incendio destruyó parte de uno de los edificios más emblemáticos de Bahía Blanca: la sede histórica del Banco Nación, ubicada frente a la Plaza Rivadavia. La escena fue impactante: lenguas de fuego saliendo del techo, humo denso en pleno centro y bomberos trabajando durante horas para evitar un derrumbe. El fuego, organizado en la zona de calderas y archivos, afectó seriamente la estructura del inmueble, que desde entonces inició un largo y costoso proceso de recuperación.

¿Dónde ocurrió?

El siniestro se desarrolló en la tradicional sucursal central de la ciudad, un ícono arquitectónico ubicado en Estomba 52. Construido a comienzos del Siglo XX, fue inaugurado oficialmente en 1923, y se consolidó como parte del patrimonio arquitectónico nacional por su estilo academicista francés y su cúpula de pizarra, visible desde distintos puntos del centro.

El origen: ¿Accidente o negligencia?

Según las pericias oficiales, el incendio no fue intencional. Todo indica que una falla en la chimenea de la caldera habría provocado el desastre. Sin embargo, las consecuencias materiales fueron devastadoras.

Entre 8 y 10 dotaciones de bomberos voluntarios y profesionales trabajaron durante más de 6 horas. El operativo incluyó evacuación de zonas aledañas, cortes de calle y maniobras de contención para evitar el derrumbe de la fachada.

Afortunadamente, no hubo víctimas fatales ni heridos, ya que el edificio estaba cerrado por ser fin de semana.

Reconstrucción y huellas que aún perduran

A pesar de los esfuerzos, el Banco Nación no volvió a operar en su sede original, funcionando desde entonces en edificios alquilados y módulos móviles. Durante años, la atención al público se trasladó a sucursales alternativas, lo que impactó especialmente a jubilados, comerciantes y usuarios históricos del centro. Hoy, a julio de 2025, se observan andamios, paredes restauradas y escombros visibles como recordatorio constante del pasado reciente.

Fachada en restauración

El histórico edificio del Banco Nación continúa en proceso de restauración, con lonas de protección y andamios rodeando su frente. Fuentes oficiales señalan que la restauración busca respetar el diseño original del edificio, utilizando técnicas de conservación patrimonial: siendo la más importante, la cúpula.

El banco y la ciudad: una relación simbiótica

La sucursal del Banco Nación no era un simple punto de operaciones financieras. Era parte del paisaje emocional de generaciones de bahienses: allí se cobraron los primeros sueldos, se abrieron cuentas de ahorro, se gestionaron créditos hipotecarios y se sintió, de algún modo, el pulso económico de la ciudad.

Por eso, su cierre ha tenido un impacto simbólico que aún perdura. Las nuevas generaciones lo conocen más como “el banco que se incendió” que como lo que fue: un faro del movimiento económico local.

El futuro del edificio: ¿Reapertura o museo?

Aunque las obras avanzan lentamente, no hay fecha oficial confirmada de reapertura. Algunas versiones hablan de la posible transformación del edificio en un espacio mixto, que combine servicios financieros con un área patrimonial o cultural.

A siete años del incendio, el Banco Nación sigue siendo una herida abierta y una promesa pendiente. La restauración avanza, pero el reloj continúa detenido, como una metáfora del tiempo suspendido en el corazón de la ciudad. En una Bahía Blanca que cambia, crece y se transforma, el edificio de Estomba 52 recuerda que la memoria también se habita.