Valentina Chávez
Periodismo gráfico – Anahí González Pau
Lautaro Lepileo es bahiense y profesor de música, pero también emprendedor. Hace 2 años, decidió comenzar un nuevo desafío. Empezó a tallar por hobby o porque le “hace bien”, y hoy vende sus figuras en “tótem”.
En una realidad, donde cada día es más difícil llegar a fin de mes, aún existen personas que se animan a emprender. Pero lo más valioso, es que también se animan a inspirar. Es el caso de Lautaro. Un bahiense, que comenzó a tallar en madera “como una salida para despejar de lo emocional”.
Este año, decidió feriar en la plaza Rivadavia por primera vez, con su emprendimiento “tótem”.
“La elección del nombre fue porque me gusto lo que representaba para las poblaciones. Los tótems eran el emblema protector de las tribus y estaban tallados en madera o piedra”, cuenta el artista.
Sobre sus objetivos, Lautaro sostiene que le gusta ponerse pequeños desafíos que lo ayuden a mejorar y a incorporar nuevas técnicas sobre los tipos de madera. “A grandes rasgos, intento hacer realismo, siempre teniendo en cuenta mis limitaciones. Lo que más me gusta es disfrutar el proceso de creación”.
Una de sus obras favoritas, es la representación de un hombre sentado frente a la televisión. De ella, salen tornillos y herramientas que “trabajan” sobre el cerebro de la persona. Lo que intenta expresar la escena, es cómo los medios de comunicación pueden modificar nuestro pensamiento sobre determinado tema. Además, ha realizado trabajos relacionados a su otro hobby.
“Hace poco terminé de tallar un baterista, que me tomó mucho trabajo, paciencia y dedicación. La música y tocar la batería son mi gran pasión. Sumar esta disciplina y hacer figuras autómatas, es una combinación muy linda”, cuenta el músico.
Sobre la situación actual del país, cuenta que la crisis económica le ha afectado bastante. “Los precios van cambiando constantemente, y lo mismo pasa con este trabajo”, detalla Lautaro. “Una pieza me puede llevar 2 horas, y otras más de 40 horas de trabajo. En eso me baso para ponerle un valor a mi trabajo”.
Para finalizar, recalcó que hace las obras porque le hace bien, no por pensar en vivir de esto. Aunque más adelante no lo descarta… además, anima a los emprendedores a que se animen y puedan representar lo que quieran con sus obras, porque si bien es difícil, se puede.