El reconocido periodista e ingeniero civil Mario Minervino habló con estudiantes de Periodismo del ISCCS sobre la importancia de los monumentos históricos en nuestra ciudad. Además, destacó las maravillas arquitectónicas de Ingeniero White.
Mario ha ejercido el periodismo durante más de veinte años y desde sus inicios, ha demostrado ser un hombre que luchó contra viento y marea para conservar aquellas memorables construcciones que se realizaron en nuestra ciudad durante los siglos anteriores. Aproximadamente dos horas en una exposición fascinante en la que sostuvo, entre sus frases más rutilantes que “la arquitectura es un reflejo de las condiciones sociales de una sociedad”.
Avenida histórica
La Biblioteca Rivadavia, en 1882. El club argentino, en 1910. El Banco Hipotecario, en 1926. Avenida Colón es una de las calles principales de nuestra localidad y cuenta con esta serie de edificios que son de los pocos que se han mantenido en pie desde sus comienzos. Las condiciones no son las mismas, y el deterioro que muestran tanto el Club Argentino como el Banco Hipotecario son flagelos que deberían ser tratados con extrema urgencia por organismos Municipales, Provinciales y sobre todo, Nacionales.
Si bien los inmuebles necesitan refacciones ipso facto, que se respeten las raíces es un pilar fundamental en una especie de manotazo de ahogado, tratando de conservar ínfimos vestigios de historia, luego de que tanto consumismo salvaje haya causado daños irreparables en otras obras arquitectónicas y que al día de hoy sólo conservamos algunas fotos en blanco y negro o recuerdos de viejos familiares con una memoria exquisita.
Perdidas irreparables
Entre las pérdidas más importantes, encontramos diversas esquinas como la de Brown y Fitz Roy, donde la casona se vió reemplazada por un Mc Donalds, dejando de manera irrisoria una parte de la cúpula estampada sobre la pared. O la de Alsina y San Martin, que se transformó en un híbrido, borrando los restos de un “art nouveau”. Otros, derribaron casas históricas para construir locales comerciales o para dejar un vacío (del mismo tamaño que el que han dejado en todos los memoriosos como Mario), atreviéndose a poner una cochera, con una ambición que ha vencido al sentido de pertenencia.
“La arquitectura es el testigo insobornable de la historia: Un edificio es un testigo de una época, de su cultura, su sociedad y sus intenciones” Osvaldo Paz.
Publicado por Kevin Di Donato y Gabriel Palomo