“La Municipalidad no hace campañas suficientes para concientizar a adolescentes», afirmó el titular de la organización, Marcos Navarrete.

 Navarrete se dirigió de manera negativa a las políticas que el gobierno bahiense aplica en el tránsito de la ciudad y manifestó “la política es lo más sucio que hay, les importa cero la vida de las personas”.

¿Por qué se pinta una estrella una estrella ?

Porque están en el cielo, el amarillo es el color de la prevención y las remeras negras son señal de luto. El objetivo  es concientizar a través del último homenaje que le hacen los familiares, con el pintado lo que se busca es llamar la atención de los que pasan, marcando que en ese lugar hubo una víctima fatal producto del tránsito.

Se brindan charlas en colegios, se capacitan empresas y mostrando imágenes reales de accidentes que hacen a la reflexión, tratando de terminar con el problema cultural por el que atraviesan los ciudadanos desde hace muchos años, producido por la negligencia e imprudencia.

De las 190 estrellas plasmadas en el país 164 se encuentran en Bahía Blanca. A pesar de que los accidentes se multiplican a diario, en lo que va del año solo se crearon dos nuevas ilustraciones; lo que Navarrete considera “un problema político” por no disponer un vínculo con el gobierno.

Si bien las leyes y las normas están, los ciudadanos no las cumplen porque viven una vida acelerada, manejan bajo el efecto del alcohol o pendientes  de los celulares. “El mal estado de las calles no influye en los accidentes de tránsito, ya que la velocidad permitida es 40 km/h, lo que te posibilita ver los baches” sostuvo Marcos.

Virginia Linares, ex diputada nacional, se opuso a la declaración de Marcos Navarrete y opinó “Los baches influyen en las colisiones, los autos frenan de golpe y si la distancia entre estos es escasa se produce un choque”.

Desde la entidad se propone exigirle “mano dura” a los responsables de los controles viales, no para recaudar el dinero de una multa sino para que una infracción no genere un problema mayor.

 

 

Por Mattei Sofía, Mosconi Micaela y Utrero Milagros.