Foto: InterPatagonia.com

Era un domingo muy caluroso, ya se empezaba a sentir que estábamos en primavera, es más, parecía casi como si fuera una tarde de verano, hacía alrededor de 29° y la verdad que muchas ganas de salir de casa no tenía, pero bueno, había que hacerlo.

Hasta la mañana de ese día no teníamos idea en que íbamos a ir, ni que colectivo tomar. Después de investigar un poco, pusimos un punto de encuentro en la parada de las 519A, que es la que nos llevaría a Villa Bordeu, sobre calle Belgrano, casi enfrente a Big Six. El horario en el que teníamos que estar era a las 14. Cuando llegué ya estaban esperando dos de mis compañeras, flor y meli. Ahí fue cuando me enteré que al final íbamos a ir en auto de tomi hasta allá.

Pasó a buscarnos y partimos, para asistir a la 134° exposición nacional de ganadería e industria, ya en viaje, me fueron realizando como un tour turístico de la zona, hasta que llegamos. Había mucho tránsito y se nos complicó un poco a la hora de entrar, pero en fin, pudimos y logramos encontrar lugar para estacionar bastante rápido, el estacionamiento era al aire libre en una zona donde volaba mucha tierra, lo peor de todo es que yo andaba con zapatillas y remera blanca.

Ni bien entramos estuvimos buscando la administración para poder retirar la revista expositores y de las actividades que se realizan en esta exposición. Recorrimos algunos de los stands comerciales vinculados con el agro y la industria que había, se podían observar materiales de buena calidad y con precios bastante accesibles. También entramos al sector avícola, donde pudimos ver las diferentes especies y respectivos campeones de las diversas categorías.

Llegaron las 15 y fuimos al escenario para poder ver los diferentes discursos de las autoridades, empezó hablando el presidente la Sociedad Rural de Bahía Blanca Néstor Cenoz, que habló sobre la buena condición del predio, las buenas inversiones que se hicieron, el aumento de expositores, la cantidad de stand, entre varias felicitaciones más para todos lo que estuvieron participando en la organización de Bordeu. También hablaron el intendente de la ciudad Héctor Gay, el presidente de la Sociedad Rural Argentina Daniel Pelegrina y como representante de la Presidencia de la Nación el ministro provincial de agroindustria Leonardo Sarquis. Llenaron de felicitaciones tanto a Cenoz, como a todos los responsables de hacer posible esta hermosa expo. También un gran agradecimiento a todos los comerciantes, a las cabañas expositoras y todas las personas allí presentes.

Terminado los discursos un grupo de personas bailaron el pericón y se realizó el desfile de los campeones, nosotros seguimos nuestro camino y pasamos por el establo, había un cartel, que decía “¡No tocar a los caballos, muerden!”, a las personas mucho no les importó lo que decía, ya que había bastante personas acariciándolos y también alimentándolos. A mí tampoco me importó mucho y agarré pedazo de fardo y se lo di para que comiera. Lo mismo pasó cuando fuimos a los corrales de los toros, también me di el lujo de alimentar a uno.

Ya habiendo recorrido todo lo que tenía que ver con animales, paseamos un poco por el sector industrial y de maquinarias agrícolas, que a mi gusto no fue de lo mejor, no vi gran cantidad, además de poca variedad de fierros. Luego de recorrer, ya un poco cansados de caminar y estar parados, quisimos buscar un lugar para descansar y tomar unos mates, tema complicado, no encontramos un solo lugar verde donde poder sentarnos, así que seguimos buscando hasta que vimos que un cantero donde parar un rato.

Ya siendo las 18, pasadas más o menos 3 horas y 20 minutos de nuestra llegada al predio, decidimos irnos, un viaje que no salió como esperábamos. Estando en la ruta, con mucho movimiento de autos y sin la posibilidad hacer grandes avances por el amontonamiento, el vehículo de adelante, un Renault Logan frenó de golpe, y tomi sin poder frenar lo chocó de atrás, no solo una vez, sino dos, ya que el rebote por el impacto nos hizo volver a tocarlo. Ahí mismo, los dos bajaron a la banquina y hablaron, el auto de adelante solo tenía una abolladura y la patente doblada, el de tomi bueno, tenía un poco más… Tuvimos la suerte de que el hombre era tranquilo y no se lo tomó muy mal, además de que no fue tan impactante lo que le pasó.

El Gol de tomi arrancó y pudimos volver, hasta que empezamos a sentir olor a quemado, nos asustamos y paramos, todo parecía creer que se había roto el tanque de agua, y se estaba por prender fuego, ya que veíamos como perdía agua y que salía humo. Al ver más detenidamente el auto, nos dimos cuenta como quedó, con un faro roto y colgando, con el capote metido para adentro y sin poder levantarlo porque estaba trabado y el paragolpes un poco hundido. Tomi llamó a su primo y apareció en minutos. Después de intentar pudo levantar la tapa, y lo que tenía roto era una manguera, no el tanque, en esa corrió con un poco de suerte. Nosotros no quisimos serle problema y le dijimos que se fuera, así que cansados y todo nos volvimos caminando desde la calle Don Bosco al 900 hasta el centro. Terminamos muertos y todo, pero fue una muy linda experiencia la que tuvimos.     

Alessandro Córdoba