

Nombre: Franco Aramburu
Materia: Periodismo Gráfico II
Profesor: Joaquín Minig
Es bien sabido que los videojuegos son mi hobby favorito, al que más tiempo le dedico, y más ahora que estoy como redactor en una página específica del medio, puedo hablar horas sobre el tema, sobre lo que estuve jugando, sobre que me parecieron, y sobre experiencias varias que experimenté con diversos títulos, pero algo de lo que no hablo mucho es sobre las entregas que me marcaron, e hicieron que vea los juegos electrónicos como algo más que mero entretenimiento.
Para empezar, hay que remontarse al año 2000, cuando tenía unos tiernos 2 años, algo dicho por mis padres que empezaba a esa edad a jugar, pero quiero ir específicamente al único recuerdo que tengo de esa época, siendo estar reunidos en familia con mi mamá, mi papá y mi hermano (3 años mayor que yo), frente a una PC con Windows 98 instalado jugando a Where in the World Is Carmen Sandiego? Juego que lo conocíamos solo como Carmen, ya que era como se llamaba el ejecutable. Título estrenado en 1985 para diversas consolas, dónde el objetivo principal era encontrar a un ladrón viajando por el mundo y preguntándole a las personas que te cruzabas.
Where in the World Is Carmen Sandiego? (Versión de MS-DOS, 1985)

Avanzando un poco más en el tiempo, tengo recuerdo de haber recibido como regalo la Family, la NES pirata, en la que jugué a Super Mario Bros. (1985), tanto con mi hermano y mi mamá, además de ver cómo ellos jugaban mucho al Tetris (1989). Por mencionar algunos por arriba, podría ser Bomberman (1983), Circus Charlie (1986) y Contra (1988). Pero otro momento, y otros títulos, importante en mi vida, fueron en la PC, ya con Windows XP instalado, como The Sims (2000), en la que estaba toda mi familia enganchada, menos mi papá, pero esta vez agregando a mis primos más cercanos, con los cuales compartimos CDs con juegos varios, pero centrándonos en dicho juego, mi hermano y yo quedábamos asombrados como mi mamá podía controlar a 5 o 6 Sims simultáneamente teniendo a todos contentos, mientras que yo solo podía con uno, que al agregar un segundo no los podía mantener contentos nunca. Y en esa misma época también jugaba mucho a Harry Potter and the Chamber of Secrets (2002), una adaptación de la película homónima, ya que soy, lo que se puede llamar, un fanático de la franquicia, siendo el primer videojuego que pude completar por mi propia cuenta, además de poder realizar todas las tareas secundarias, dando por finalizado al 100%. Aunque, tampoco puedo dejar afuera la adaptación de Hercules (1997), teniendo un recuerdo muy vívido, en el que, con mi hermano, llegábamos hasta el nivel donde montamos a Pegaso y debíamos salvar a los dioses del Olimpo mientras nos atacan los titanes de fondo, y siempre perdíamos ahí, hasta que un día logramos pasarlo, pero justo mi mamá
nos llamó para comer, y le rogamos que pudiéramos seguir jugando después de cenar, cosa que normalmente no pasaba, pero esta vez nos dio permiso, y pudimos terminarlo, festejando en silencio, para inmediatamente, ver la hora y notar que eran la 1 AM, que para ese entonces era muy tarde para nosotros, y nos apuramos en apagar todo para irnos a dormir.
Hércules (Versión PC, 1997)

Así, podría contar varias anécdotas más, como cuando lloré por primera vez con un videojuego, con The
Walking Dead (2012). Cuándo lloré de frustración con el frenético Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3 (2007), con la PS2 que me regaló uno de mis primos más grandes, en la pelea contra Broly en la dificultad más alta. Cuando estuve con mi, en ese entonces, futuro profesor de programación, mi papá y mi hermano frente a la PC viendo como pasar una parte del principio de Woody Woodpecker: Escape from Buzz Buzzard Park (2001) sin que me dé un error, algo que si lo vuelvo a jugar hoy en día sigo teniendo incorporado. Cuando estuve dos años y medio con un amigo, juntándonos una vez por semana como mínimo, para poder completar toda la saga de Resident Evil, también la noche en la que perdí la noción del tiempo jugando a Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars (1996), a tal punto que cuándo me di cuenta ya había amanecido. Cuando me emocioné completamente al ver el final de Kingdom Hearts (2002), en esa escena hecha en CGI con Simple and Clean sonando mientras rodaban los créditos, haciendo que sienta un nudo en la garganta.
Pero me gustaría centrarme en tres momentos específicos, uno fue cuando pude jugar Portal (2007) y, mucho más importante para mí, Portal 2 (2011), en el momento dónde reanimas a GLaDOS, la antagonista de la duología, o cuándo llegas a las profundidades del laboratorio, conociendo Aperture Laboratories, siendo las instalaciones antiguas y por sobre todo, cuándo llegué al final del juego, quedándome sin palabras después de presenciar lo ocurrido, fue un momento que me sigue marcando, y de vez en cuándo vuelvo a pasarme el videojuego y volver a emocionarme con el final nuevamente. Me gustó tanto que a los pocos meses me lo volví a completar solo para mostrarle a mi vecino todo lo que contaban, y cuándo lo vi en oferta en Steam, la plataforma de Valve, la desarrolladora de ambos Portal y de la saga Half-Life, no dudé ni un segundo y me compré ambas entregas para volver a completarlo, además de poder jugar el modo cooperativo que nunca había probado hasta ese momento.
Otro momento es cuándo conoces a Andrew Ryan en Bioshock (2007), al que durante todo el principio del juego te lo van nombrando, además de ser el creador de Rapture, la ciudad sumergida donde te encontrás, y cómo te muestran un plot twist que me dejó impactado, cuándo lo jugué de vuelta en su versión Remaster, también volví a emocionarme con toda la escena. Con Andrew Ryan contándote todo lo que estaba ocurriendo y las cosas que llegaste a pensar, y lo que no, completando la tarea a la que te mandaron, quedándome grabada la escena mientras él decía -El hombre elige, el esclavo obedece-.

Andrew Ryan, Bioshock (2007)
Y por último, quisiera hablar del único juego hasta ahora que le dediqué más de mil horas, The Binding of Isaac (2014), un juego indie desarrollado por Edmund McMillen, videojuego que descubrí por 2015 en su versión flash, que también complete con todos los logros en Steam, y que luego me pasé a su mejor versión, la anteriormente mencionada, para seguir jugando hasta el día de hoy, luego de 10 años después. Siendo un rogue-like, lo que significa que los niveles se crean de forma procedural, y nunca tendrás una partida igual a la anterior.
Como dije anteriormente, tengo varias anécdotas más para contar, pero quise centrarme en las que para mí son las más importantes, y las que me marcaron para seguir amando este medio, y al que puedo considerar “Mi Primer Amor”.