El aurinegro venció 92-88 a Napostá en el quinto juego y se quedó con la primera mitad del año del Torneo Aldo “Bebe” Storti.

La serie arrancó con Olimpo imponiéndose con su habitual jerarquía y experiencia en este tipo de instancias. El aurinegro mostró orden y poderío colectivo para llevarse el primer punto por 83-77 y marcar la tendencia en el inicio de la final.

Alan González celebrando su conversión. Foto: Prensa ABB

El Casanova fue testigo de la reacción de Napostá, que se quedó con un claro 82-68 para empatar la serie. Guido Muzi brilló con 27 puntos, acompañado por un equipo que exhibió carácter para igualar la historia y devolver la presión a su rival.

Napostá festejando luego de empatar las finales. Foto: La Brujula 24

En la tercera final, Olimpo recuperó contundencia con un triunfo 86-61 que lo dejó a un paso del título. Fausto Ruesga fue imparable con 27 puntos y 11 rebotes, mientras Marcos Diel completó un partido completo con 20 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias.

Olimpo luego de ponerse al frente nuevamente. Foto: Prensa ABB

Cuando parecía que Olimpo tenía todo para cerrar la serie, Napostá se rearmó y ganó 60-52, apoyado en la gran tarea de Gastón Torres, autor de 25 puntos y 12 rebotes. Con una defensa fuerte y el aliento de su gente, el equipo de la Avenida Alem llevó la definición a un quinto partido.

Guido Muzi (una de las figuras de Napostá) en acción de tiro. Foto: Prensa ABB

La definición tuvo todos los condimentos: estadio Osvaldo Casanova colmado, miles de hinchas repartidos entre aurinegros y gente del napo, y un clima que convirtió el duelo en una verdadera fiesta popular del básquet bahiense. Tras un tiempo suplementario y un marcador cerrado, Olimpo ganó 92-88 para consagrarse campeón del primer tramo. Ruesga (24 puntos y 14 rebotes) fue la figura, acompañado por Dottori (23) y Diel (19).

Fausto Ruesga, MVP de las finales. Foto: Prensa ABB

El título de Olimpo quedará en la memoria no solo por la paridad deportiva, sino por el marco en el que se jugó. La hinchada aurinegra tiñó de amarillo y negro las tribunas con banderas y cánticos incesantes, mientras la parcialidad de Napostá aportó un fervor que hizo vibrar cada pelota disputada. El Casanova se transformó en escenario de una final que trascendió lo estrictamente deportivo: fue la confirmación de que el básquet bahiense mantiene intacta su mística y pasión, reuniendo a generaciones de hinchas en una definición que ya es parte de la historia grande de la liga local.

Los jugadores aurinegros festejando la victoria en el quinto juego. Foto: Prensa ABB

Al ganar esta primera mitad del año, Olimpo ya se aseguró jugar la final anual en caso de no consagrarse en la segunda parte del torneo, lo que significa que esta fiesta se repetirá hasta diciembre.

El Estadio Osvaldo Casanova repleto en sus cinco partidos. Foto: La Nueva