Poco a poco los edificios antiguos van desapareciendo y con ellos, el pasado de la localidad.
Esto se va olvidando o desconociendo, reflejado en los escombros de fachadas y paredes de diversos estilos de otras épocas. Preciados, admirados y reguardados en tantos lugares, pero en Bahía Blanca no.
La ciudad posee un potencial arquitectónico y cultural y destacados ingenieros, pero que en la actualidad no son aprovechados, ya que no hay un incentivo por parte de los ciudadanos ni leyes por parte de políticos para el uso consiente y responsable del patrimonio.
Solo 200 puntos culturales están inventados, pero carecen de los cuidados y refracciones pertinentes. En importantes capitales del mundo, la legislación es tan contundente, que no se permite que se modifique la fachada de los edificios, permitiendo así que el inmueble se converse intacto, pero que la gastronomía, comercio, bancos y afines, puedan desarrollarse. Este tipo de resguardo a los patrimonios, genera que miles de turistas viajen a contemplar esas obras maestras.
El art déco, art nouveau, marquesinas, ornamentos y grandes obras de reconocidos arquitectos, son remplazadas fría y cruelmente por gigantes edificios de infinitos pisos bajo el lema de “modernizar la ciudad”. Pero… ¿Quiénes son los responsables de ponerle freno a esta desmedida perdida de recuerdos?
Mario Minervino, Ingeniero Civil y Periodista, brindó una conferencia ayer, miércoles 6 de septiembre en el Instituto de Ciencias de Comunicación Social. En la misma abordó distintas temáticas como la carencia de una ley firme, el avance gastronómico en la Av. Alem, el retroceso cultural que genera que los patrimonios estén solo inventados sin resguardo alguno.
Entre las edificaciones que quedaron en el pasado, reemplazados por edificios, Mario recuerda el Cine de Galería Plaza, Brown y Fitz Roy frente a YPF, la casa del Dr. Leonidas Luceros y del cantante Cobian, el Instituto Avanza, Casa Coleman, Municipalidad de Bahia Blanca, Club Argentinos, entre otros.
Además, con la un decreto firme que resguarde a los patrimonios, la participación de distintas instituciones y un Estado que promueva el turismo, pueden aprovechar los inmuebles los residentes de Bahía Blanca y turistas, y así darle una mayor importancia a la ciudad, a la cultura y a nuestras raíces.
Por Mattei Sofía, Mosconi Micaela y Utrero Milagros.