Lunes 21 de Abril. Me levanto como todos los días y lo primero que hago es echar un vistazo
al celular… pensé que me iba a encontrar con cualquier tipo de noticia menos con la que me
encontré: Un medio nacional importante anunció que el papa Francisco había fallecido. En
seguida busqué comprobar esa información visitando otros portales y terminé confirmando lo
peor; en ese momento sentía que una persona de las más influyentes, ya sea para religiosos
muy creyentes o no tanto, había dejado el mundo.

Estaba prácticamente seguro de que me iba a tener que encargar de cubrir esta impactante
noticia en el medio de comunicación en el que trabajo y comencé a prepararme para unos días
emocionalmente complicados, capaz no tanto por mi, pero si por la mayoría de la gente que
me rodea. Sin embargo me informaron que debería seguir la noticia e informar desde mi
ciudad natal.

En ese momento a uno se le pasan por la cabeza un montón de sentimientos o sensaciones,
pero yo debía intentar mantener cierta objetividad que se busca dentro de mi labor, pero era
prácticamente imposible no empatizar con aquellas personas que querían a Bergoglio y
estaban sufriendo su partida. Esto, sin lugar a dudas, influenció a la hora de comunicar la
información.

Sábado 26 de Abril. En la redacción del medio me ordenan seguir de cerca de lo que ocurre
en la Plaza de San Pedro donde el sumo pontífice está siendo velado, por ello prendo la
televisión y, luego de ver un par de minutos de cobertura, me doy cuenta de la influencia de
Bergoglio en las personas, no tan sólo Argentinas, sino también del resto del mundo y por
sobre todo en los jóvenes; tuve la oportunidad de apreciar una secuencia en donde podía ver a
un grupo de chicos totalmente conmovidos por la situación, algo que me puso la piel de
gallina y me hacía acordar a las emociones que todos sentíamos cuando nos enteramos, en el
año 2013, que un papa Argentino iba a ser el encargado de dirigir el rumbo de la iglesia
católica, sin saber lo determinante que sería para la propagación de la religión.

También me quedaron marcadas las declaraciones de una chica que decía: “Para mi Bergoglio
fue mucho más que un papa, él me enseñó gran parte de los valores que hoy me representan
como persona. Francisco fue un papá”, Esa frase me dejó pensando y lo que me llamó
particularmente la atención fue que sea una joven quien diga esas palabras ya que en ciertas
ocasiones pensamos que ellos no son muy cercanos a las religiones y que estas no los
influencian, algo que la iglesia católica, de la mano de Francisco, ha logrado hacer y con
creces.

Miércoles 7 de Mayo. Hoy comienza el proceso mediante el cual será electo el próximo papa:
“El Cónclave”. Los grandes medios, comienzan a hacer hincapié en conglomerados de
personas con banderas de distintos países, desde sudamericanos, africanos, europeos, hasta
asiáticos; Se nota un ambiente distinto al del funeral, la gente está ansiosa por conocer quién
dirigirá el rumbo de el catolicismo durante los próximos años…

Hoy, 8 de Mayo, escribo esto mientras miro por televisión una chimenea, esperando que salga
una fumata blanca que indique quién será el sucesor de Francisco, y me pregunto: ¿Seguirá la
línea de Bergoglio buscando un progreso dentro de la iglesia? ¿O el nuevo papa volverá hacia
lo tradicional?
La respuesta todavía no la sé, pero de lo que sí estoy seguro es que fui un privilegiado por
poder vivir estos 12 años de papado de Francisco y pude ser testigo de lo que él representa
para la sociedad mediante sus enseñanzas. Sin duda alguna, deja un legado muy importante
que, desde mi punto de vista, hay que continuar.

Hernán Lockhart.