Hablamos con Natalia, abogada y voluntaria del Centro de Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar “El Nido”, sobre cómo ven y abordan la problemática de violencia de género desde la fundación.

Autoras: Nerina Baleix, Natalia Bellotti y Julieta Revelli

Esta ONG, funciona desde 1987 y surgió como una iniciativa de un grupo de mujeres de la Iglesia Metodista, en conjunto con abogadas de la Universidad Nacional del Sur, ante la ausencia de leyes y políticas de asistencia y prevención de violencia familiar y de género. Actualmente forma parte de la Red Local de Violencia de Género, y brindan contención, asistencia psicológica, asesoramiento legal y la posibilidad de participar de grupos de autoayuda a las víctimas.

Formas de violencia familiar que sufre la mujer

Maltrato emocional: falta de amor, indiferencia, celos, desconfianza. Ejercer control constante y descalificar ideas, opiniones y actos. Desvalorizar y ridiculizar a la mujer, delante de los hijos y de otras personas. Anular la sociabilidad con vecinos, parientes y amigos. Culpar a la mujer de los problemas que suceden en el hogar.

 

Maltrato sexual: forzar a tener relaciones sexuales sin atender el estado de ánimo y deseo del otro, en muchas ocasiones incluso mediante amenazas físicas. Obligar a “manera de antojo” y considerar a la mujer siempre disponible. Imponer el acto sexual mediante comparaciones con otras relaciones, sospechas de infidelidad y/o amenazas de calumniar frente a los hijos.

 

Maltrato en la comunicación: insultos, gritos, amenazas, discusiones constantes. Indiferencia al dialogo y silencio. Expresarse a través de órdenes y reproches. Comunicarse de manera contradictoria, por ejemplo: criticar a la mujer por su aspecto y luego desconfiar porque está arreglada.

 

Maltrato en la distribución de responsabilidades y tareas: desvalorizar las tareas domésticas y no reconocer el esfuerzo que significan. Sobreexigir el cumplimiento de responsabilidades del hogar, sin prestar ninguna colaboración. Responsabilizar a la mujer de la crianza y educación de los hijos, culpabilizándola ante cualquier problema. Impedir y/u obstaculizar la realización de actividades fuera de la casa. No permitir la participación en las decisiones importantes. Dejar de lado a la mujer en las cuestiones de dinero, menospreciar su capacidad.

 

Maltrato físico: siempre que existe maltrato físico, existe alguna otra forma de maltrato. Una pareja que se acostumbra al maltrato psicológico en cualquiera de sus formas, crea las condiciones para que pueda surgir abuso físico. Cualquier empleo de fuerza que cause daño o lesión en el cuerpo o en la salud.

 

¿Cuál creés que es la causa de la violencia de género?

“La violencia es un problema social y de todos, nosotros lo vemos así. Tiene que ver con la forma en la que nos educamos. La violencia es una conducta que se aprende, entonces a no ser violentos también podemos aprender. Hay casos de violencia familiar en las que el agresor la sufrió en su núcleo familiar, pero no es algo determinante. Hay personas que son violentas y quizás no tuvieron ese ejemplo en la casa. También hay personas que fueron testigos de violencia y después repiten como victimas. No hay una causa concreta que lo determine.”

 

¿Es posible pensar en un futuro en una sociedad que no sea machista?

“Culturalmente, hoy vemos el problema, nos damos cuenta de que es el género o intentamos educar de manera no sexista, pero de ahí a que se pueda…  Ojalá! Hay mas información, la victima ha cambiado en el sentido de que antes por ahí venia a contar un problema que no sabía de lo que se trataba y nosotras le decíamos “lo que a usted le está pasando es violencia de género”. Ahora la víctima ya sabe, viene, se sienta y te dice “yo sufro violencia” y te cuenta. Eso si se ha modificado a lo largo del tiempo, yo hace mas de 10 años que trabajo acá. Las victimas han cambiado, las relaciones han cambiado. Por ahí antes eran relaciones mas largas y capaz que la persona se daba cuenta después de muchos años del maltrato que recibía. Ahora la franja etárea que vemos es muy variada, porque hay adolescentes, parejas jóvenes, el hombre también viene a consultar. Ningún caso es igual a otro, y no necesariamente empieza de a poco. Creo que, si educamos, podemos lograr una educación no sexista y vamos a poder criar niños y niñas que no vean determinadas cosas o no tengan determinados parámetros ni estereotipos en su vida. De todas maneras, hay que modificar el proceso histórico para que pudiese no existir el machismo como existe hoy. Sin tener una idea comunista, creo que es parte del capitalismo también, entonces sería muy complicado que no exista más porque se cambiaría la manera de pensar hasta lo económico si lo vemos desde un punto de vista filosófico.”

 

¿Creés que las marchas “Ni una menos” son una solución para disminuir los casos de violencia de género?

“No creo que sea una solución. Creo que es una manifestación, que es una manera de prevenir porque de alguna manera se muestra el problema y se visibiliza. Es más para concientizar. Veo que en el “Ni una menos” se mezclan un montón de situaciones que quieren visibilizarse. Lo que tenemos como idea, desde la ONG, es estar presentes en cualquier evento relacionado a la violencia de género.”

 

¿Notás a la gente más comprometida o informada a partir de las movilizaciones?

“Informados creo que estamos todos. Más comprometidos no sé, en las personas que trabajamos para esto, que lo hacemos desde de hace un montón de tiempo, hay un compromiso. El tema es que habría que comprometernos, por ejemplo, a educar en las formas, desde los medios; porque los medios por ahí captan el “Ni una menos” pero después ves una propaganda que fomenta a que hayan “menos”. Tiene que ser muy masivo para que uno diga que todos los que van están comprometidos. Estimo que las personas físicas que van lo hacen poR una razón personal.”

 

¿Que opinión tenés sobre el caso Micaela? ¿Considerás que hay otro responsable además de Luna?

“Si, creo que hay más responsables. No del hecho puntual, creo que todos somos responsables de no haber hecho lo que había que hacer en el primer momento. De no haberle creído a la mamá, de haber juzgado la actitud de Micaela, eso me parece que es responsabilidad de todos. Eso mismo muestra que el problema es social, porque si no tuviésemos ese pensamiento nadie hubiera juzgado si tenia uno o cuatro perfiles de Facebook o cómo los usaba, cómo se vestía, que hacía o dejaba de hacer. O si la mamá trabajaba y no estaba en todo el dia como podía pretender que la hija estuviera. Desde ese punto de vista, todos somos responsables. Desde lo estatal también, en este momento de nuestro Poder Judicial no tenemos la posibilidad de investigar los casos como pretenderíamos hacerlo.  Responsables somos todos, desde el primero que no le creyó a esa señora que fue buscando a su hija. Como abogada, desde lo jurídico creo que los organismos actuaron como pueden en el sistema que tienen. Si el fiscal y las personas que intervinieron e investigaron tuvieron un prejuicio es algo que no vamos a poder modificar porque lo tenía el verdulero, el que hablaba por la televisión, lo tenía el periodista cuando hablaba de ella; todo el mundo lo tuvo al prejuicio. Tuvimos que tener la necesidad de que pasara lo que pasó para darnos cuenta de que estuvo mal prejuzgar.Capaz que hay un montón de casos como el de Micaela que no llegan a lo que le pasó a ella pero no tenemos que perder de vista que no deja de ser una víctima como cualquier otra que sufre lo mismo y que por ahí no muere pero le pasa eso un montón de años en su vida y es horrible igual.”

 

¿Cómo ves la situación de la violencia de género en un futuro?

“Nosotras acá en general siempre tenemos la misma cantidad de personas, no es que ahora hay mas casos. Lo que si nos pasa es estos cambios en la persona que consulta. Consulta mas rápido, quizás ante el primer hecho que le hace pensar la situación viene a pedir ayuda; las personas no se quedan tanto tiempo en una relación violenta, porque ya saben lo que es. Para lo que sirvió la información es para eso, para que uno supiera. Después, que tarden meses, un año, 20 años en dejar ese vinculo aún sabiendo que no es un vínculo sano dependerá de la persona. Nos mantenemos en que es una decisión de la mujer, se la puede acompañar, contener, pero en sí es una decisión personal. Porque sino uno también es violento al obligarla a dejar a alguien que ella todavía no esta en condiciones de dejar. Para eso está la prevención, la contención, para eso esta el grupo. Avanzamos en eso, en poner el problema o en concientizar. Ahora nos damos cuenta que hay situaciones en las que, a veces in querer, mostramos una educación que no es la correcta. Pero por otro lado veo que de alguna manera es posible ayudar a la persona que es violenta y se da cuenta que lo es. Creo que en eso hay que trabajar, en concientizar que la violencia es problema de todos y se puede resolver cuando uno se concientiza de él y pide la ayuda necesaria. Y la ayuda va para ambos lados, para la víctima y para quien quizás en algún momento sufrió violencia pero ahora es quien la ejerce y quiere modificar su conducta. Si vamos por ese camino me parece que está bien. Después hay casos extremos en donde en otros países alguien viola y no sale mas de la cárcel, quizás hay que hacer algunos ajustes en esos temas. Pero por ahí son los casos mas extremos. En una situación de violencia familiar, me parece que trabajar con ambas partes de la situación puede hacer que la conducta se modifique, sobre todo por los chicos. Porque hay que trabajar con ellos para que no repitan y entiendan que el vínculo de pareja, por ejemplo, no siempre tiene que ver con eso que ellos conocen, se puede transformar y trabajar para que lo modifiquen. Eso apuntamos desde la ONG, no es separar personas. La idea es que sepueda reconstruir ese vínculo familiar. O, si no se puede, que esa madre o ese padre puedan seguir relacionándose con sus hijos bien, sanamente, y que los nenes puedan relacionarse con otras personas de la misma manera.”