El caso de este par de hermanos, conmovió al mundo luego de una serie de Netflix, meses
antes del nuevo juicio el año pasado, que detallaba visualmente todo lo sucedido el 20 de
agosto de 1989, Lyle y Erik Menéndez asesinaron a sus padres, José y Kitty Menéndez, en
su mansión de Beverly Hills, un barrio de gran privilegio en Estados unidos.
El crimen impactó a la sociedad estadounidense y generó un debate que persiste hasta hoy:
¿Fue un crimen motivado por la avaricia o una respuesta desesperada a años de abusos?
Acá está la posible empatía por parte del público orientada directamente con la segunda
opción, dando a reflexionar que a veces, una mansión lujosa y estar llenos de bienes
materiales, no aseguran bienestar emocional ni una salud mental óptima.

Motivos del asesinato.

Durante el primer juicio, los hermanos alegaron haber sido víctimas de abusos sexuales y
físicos por parte de su padre durante años, con la complicidad silenciosa de su madre, que
nunca quiso alejarse debido a la dependencia que tenía sobre el y sobre un «Romance
perfecto». Según ellos, vivían atemorizados desde muy pequeños y cometieron el crimen
por miedo a que los abusos se repitieran. En la serie se detallaba que los posibles motivos
profundos de tales maltratos se debian a la exigencia del padre por tener descendencia de
gran nivel, de la que pueda enorgullecerse, además, aseguraba que todo ese malestar que
les hacia pasar, no era nada más ni nada menos que por amor hacia ellos, que les llevó
muchas idas y vueltas darse cuenta que eso no era afecto, era algo todavía mas dañino
para ellos, lo que los llevaba a cometer crímenes, como una especie de mecanismo de
defensa, o para poder llamar la atención de su padre.

La fiscalía, sin embargo, sostuvo que lo hicieron para quedarse con la herencia de más de
14 millones de dólares, ya que su padre planeaba desheredarlos por su mala conducta, por
otro lado, horas después del hecho, los Menéndez hicieron gastos exorbitantes de dinero
dándose lujos como autos de marca, relojes de oro y prendas elegantes porque si hablamos
de un buen vestir y tendencias, ellos llevaban el tema bien manejado, además de resaltar
por una gran estética entre ambos.

Condena y situación actual en prisión.

Lyle y Erik Menéndez fueron condenados en 1996 a cadena perpetua sin posibilidad de
libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989. Actualmente están presos en la
Prisión Estatal RJ Donovan, en San Diego, y desde 2018 comparten la misma unidad tras
más de 20 años separados. Ambos participan en actividades de rehabilitación y asistencia a
otros internos.

Renovado interés y posibles avances judiciales.

El caso recobró notoriedad gracias a documentales recientes, lo que generó una ola de empatía pública, especialmente entre jóvenes. En 2023 surgieron nuevas pruebas que respaldan las denuncias de abuso por parte de su padre, incluyendo un testimonio de Roy Rosselló, ex Menudo, que podría implicar una reapertura del caso. Aunque aún no hay cambios legales, la situación está bajo revisión y el debate público sigue abierto. 

Hecho por Angeles Crettón