Los cambios producidos en el mundo de la ciencia y, especialmente en el campo de la tecnología, se han reflejado en el ámbito de la economía y del trabajo, inaugurando nuevas perspectivas en los sistemas organizacionales, en los regímenes de trabajo y en la producción industrial y tecnológica. Los avances en este campo, a la par de modificar las relaciones entre trabajo y producción, han invadido otras esferas de la vida social, lo que ha llevado a una necesaria reflexión sobre la calidad de vida humana, en el marco de un mundo altamente tecnificado y de profundos desequilibrios sociales.
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La Ley de Educación Superior N° 24,521 que rige para las instituciones de formación superior, sean éstas universitarias o no universitarias, provinciales o municipales tanto estatales como privadas, establece que la educación superior no universitaria se encuentra bajo la responsabilidad jurisdiccional de las provincias y de la ciudad de Buenos Aires, a quienes corresponde dictar las normas de creación, funcionamiento y cierre de instituciones de este nivel.

Los medios masivos de comunicación no han permanecido al margen de las profundas transformaciones acaecidas en la sociedad actual, la cual se nos presenta como una realidad de creciente complejidad. En las cuatro últimas décadas, los medios gráficos, sonoros, visuales y audiovisuales experimentaron grandes innovaciones, tanto en sus soportes técnicos como en su regulación legal y sus formas de uso.
Estos cambios constituyen un desafío a tener en cuenta a la hora de pensar en la formación de profesionales idóneos, capaces de actuar y desempeñarse adecuadamente en dichos medios.

Por caso, pasar de un universo analógico a un universo digital ha significado una renovación trascendente y radical con el emergente de diferentes lenguajes. Así como la computadora en tanto herramienta, ha posibilitado el reemplazo y la unificación de los laboratorios de imagen y sonido. En suma, se está frente a una formación específica que apunta a un saber y un saber hacer complejo y singular con la consecuente responsabilidad ética y social.

Al cabo de los tres años de cursada la Tecnicatura Superior en Periodismo, el profesional podrá continuar su capacitación conforme cuatro vertientes: