Luego de la quiebra del grupo editorial encabezado por el empresario Sergio Szposlki (fundador del diario), fueron sus trabajadores quienes pusieron manos a la obra para sacar a flote un diario que vino en picada después de haberse enterado que el mismo había sido comprado por alguien de afuera (Mariano Martínez Rojas). En la madrugada del 4 de julio, este nuevo dueño, envió un grupo de gente (especialmente barras bravas) para tomar el edificio que compartía la redacción del diario con la emisora de Radio América. El ataque comenzó cuando unos 20 matones, reclutados por Martínez Rojas ingresaron al edificio y expulsaron, mediante la violencia, a las tres personas que oficiaban de guardias. Durante más de dos horas los atacantes destruyeron el lugar, especialmente las conexiones a Internet, con el objetivo de impedir la normal preparación de las noticias y salida del periódico.

Pero los matones de Mariano Rojas no pudieron percatarse de que estaban atentando contra el trabajo de personas con educación y principios, que no se iban a quedar de brazos cruzados y que conocían la manera de solucionar el problema en el que estaban sin tener que recurrir a la violencia como solución.

De esta manera un medio de comunicación que estuvo cerca del cierre, pudo recuperarse gracias a la intervención de todo su personal. De los 170 empleados que tenia Tiempo Argentino a principios de 2016, solo 125 fueron los que permanecieron para hacerle frente a la problemática que atentaba contra el trabajo y futuro de cada periodista que integraba el diario. Abrieron una cuenta bancaria solicitando aportes solidarios de sus lectores y a su vez realizaron un festival artístico para darle tiempo a su continuidad.

De esta manera, quienes que se quedaron, formaron la cooperativa “Por Más Tiempo” y el periódico volvió a publicarse el domingo 24 de abril de 2016 con una tirada de 30 mil ejemplares en Capital Federal, Gran Buenos Aires y La Plata. Con una edición impresa semanal contando con la plataforma web que se actualiza diariamente.

MARCADOS PARA TODA LA VIDA

Este hecho fue y será siempre reconocido por sus trabajadores, como un acto de lucha y resistencia contra las adversidades que muestra la vida, en donde se puede ver quienes son los verdaderos compañeros que están en las buenas y en las malas.

Ahora todas aquellas 125 personas que se quedaron para combatir y pelear por lo que más aman y disfrutan en la vida, podrán en un futuro contarles a sus hijos que formaron parte de un acontecimiento histórico en el periodismo argentino que sera reconocido, no por su atentado, sino por su gran resistencia y victoria que los trabajadores supieron ganar nuevamente.

Por: Palomo Gabriel